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Efecto Rebote: Adelgazar para volver a engordar
El efecto rebote no es ni más ni menos que recuperar los kilos que habíamos perdido. Es decir volver a engordar lo que habíamos adelgazado o incluso más.
La gente tiene una percepción errónea del efecto Rebote. Los medios de comunicación y la publicidad en general se han encargado de enviar mensajes contradictorios sobre la existencia del rebote como consecuencia de la realización de cualquier dieta.
Por esta razón es que hemos decidido informar sobre los mitos de esta peligrosa palabra que asusta a cualquier persona que se decide por comenzar una dieta. Nadie se quiere arriesgar a seguir un programa alimenticio o a consumir un producto natural por el peligro de rebotar al final de su periodo de validez.
En este articulo aclararemos las dudas para conocerás por fin, si esto es una realidad o es solo una leyenda.
La palabra rebote o efecto del yoyo se empezó a emplear por las personas que no lograban cambiar sus hábitos alimenticios y comenzaron a justificarse por este medio, se decían a si mismos o a su gente que la dieta les había causado rebote cuando el significado real era que no habían tenido la total voluntad y disciplina de cambiar sus hábitos alimenticios, que habían vuelto a comer más de lo que su cuerpo necesitaba y que no lograron controlar su adicción hacia el azúcar, según comenta la Nutricionista Marcela Bortoni.
Las personas que hacen dietas de moda, de la manzana, de las grasas o carbohidratos, de las que dicen que bajas 5 kilos en una semana; las personas que compran tratamientos que se venden con la leyenda que bajas 2 a 5 kilos por semana, que te muestran fotos de personas del antes y después milagroso, se dejan llevar por estos modelos alimentarios, se plantean objetivos a corto plazo y poco o nada realistas, que suelen conducirles a un círculo vicioso, en el cual el peso que se pierde se vuelve a recuperar, y la euforia inicial y pasajera, da paso al desánimo y la frustración. ¿Porqué las personas creen que rebotan?
Normalmente sucede cuando una persona no se preocupa del mantenimiento, que es la segunda fase fundamental de una dieta: primero se pierde peso y luego se mantiene. Ésta es una lucha continua para los nutriólogos como yo, que día a día trabajamos con pacientes que necesitan cambiar sus hábitos alimenticios, aprender a comer y hacer las combinaciones correctas.
Si una persona hace una dieta que no es personalizada, una dieta que sale en una revista, en un periódico, que se la cuenta la vecina o la amiga, potencializamos ese efecto rebote, porque estamos ante una dieta que solo le funciono a una persona con características muy específicas y que no tiene por que funcionar en todos los organismos del mundo. En cada persona influyen muchos factores y hay que estudiar a cada uno de los pacientes, buscarle un peso saludable después de hacer un estudio exhaustivo. Mi consejo es llevar una dieta personalizada elaborada por un nutriólogo en la que se te enseñe a combinar los alimentos y así evitar recurrir a los viejos hábitos que nos tenían en sobrepeso.
El temido efecto rebote
La mejor dieta de adelgazamiento no es la que consigue una mayor pérdida de peso sino, la que educa para que el peso perdido no se vuelva a ganar. Eso solo se consigue con la reeducación alimentaria. A la hora de valorar la posibilidad de que aparezca un efecto rebote tras la dieta de adelgazamiento, hay que tener en cuenta la situación de la que partes antes de la dieta. Existen diferentes posibilidades:
1. El exceso de peso lleva varios años estables. Por ejemplo, hace 10 años que no aumentas ni disminuyes de peso, o sea, siempre te sobran los mismos kilos.
2. El aumento de peso es continuo aunque lento en el tiempo. Por ejemplo, llevas ganado 1 Kg. por año desde hace 10 años.
3. El aumento de peso es rápido y continuo. Por ejemplo, cada mes ganas medio Kg. por lo que, en dos años, has ganado 12 Kg.
4. El aumento de peso es muy importante y ha aparecido bruscamente. Por ejemplo un embarazo en el que se ganan más de 20 Kg o tras un accidente físico (rotura de un hueso) aumentas 10 Kg. en un año durante la convalecencia.
En función de la situación de la que partes, las posibilidades de que aparezca el efecto rebote y que éste sea más o menos importante serán distintas:
1. Si el sobrepeso se mantiene durante años de manera estable será costoso perder el peso, debido a esta estabilidad pero, una vez perdido, se mantendrá también estable. Así pues, no aparecerá efecto rebote habitualmente.
2. Cuando el aumento de peso ha sido lento pero continuo, puede aparecer efecto rebote pero, en estos casos la reeducación alimentaria es de gran eficacia y utilidad.
3. Cuando el aumento de peso ha sido rápido y continuo sin causa aparente, las posibilidades del peor efecto rebote son importantes. Es la situación con peor pronóstico por lo que la reeducación alimentaria deberá ser tanto o más importante que la propia dieta de adelgazamiento.
4. Cuando el aumento brusco de peso ha tenido una causa clara y esta causa desaparece, la pérdida de peso es relativamente fácil y el efecto rebote no tiene porque aparecer aunque las posibilidades de volver a engordar de nuevo en otra situación "especial" es probable.
Efectos negativos del rebote
Cuando queremos adelgazar, lo que buscamos es una pérdida de masa grasa pero, en realidad también podemos perder masa muscular (depleción proteica) de forma involuntaria. La mejor manera de evitarlo es haciendo ejercicio físico durante el tiempo que dure la dieta. Con él, conseguiremos generar masa muscular para compensar su consumo (pérdida) a la par que, aumentamos el gasto de masa grasa.
En cambio, cuando engordamos rápidamente tras una dieta de adelgazamiento, el organismo recupera el peso perdido en forma de grasa. Es decir, la masa muscular se genera mientras que, la masa grasa se almacena. Las proteínas generan músculo cuando éste se estimula mientras que, el exceso energético (las calorías) no utilizado, solo se almacena en forma de grasa.
Las dietas muy estrictas (inferiores a 1200 Kcal) no garantizan un aporte suficiente de determinados nutrientes (vitaminas y minerales). De la misma manera, las dietas folclóricas o que restringen determinados grupos de alimentos también son insuficientes en estos nutrientes no energéticos. Cuando se abandona la dieta, el organismo responde buscando "desesperadamente", aquellos nutrientes que le faltaron durante la restricción. Pero los nutrientes que busca no están solos sino que, forman parte de los alimentos y éstos proporcionan también nutrientes energéticos (hidratos de carbono, proteínas y grasa). Es por ello que, estos tipos de dietas producen un efecto rebote mayor.
Si el efecto rebote se manifiesta a través de la recuperación del peso perdido pero, solo en forma de masa grasa, es evidente que la situación ya no es la misma que antes de perder peso sino que ahora el perfil lipídico del organismo habrá cambiado significativamente. Ahora las proporciones del organismo han cambiado disminuyendo la masa muscular el favor de la masa grasa. Ello explica el porqué del aumento del riesgo cardiovascular en las oscilaciones frecuentes de peso respecto al exceso de peso estable.
¿Qué significa mantenimiento?
La mayoría de la gente tiene la creencia que el mantenimiento es otra dieta, pero no es así. No "estamos a dieta", estamos mejorando nuestra nutrición para no volver a aumentar esos kilos perdidos.
Una dieta de mantenimiento significa que comerás sano, equilibrado y balanceado mínimo cuatro días o cinco días por semana, esto es dependiendo de tu genética. Es importante estar consciente de que existe un 80 % de posibilidades de aumentar de peso sino se realiza la dieta de mantenimiento.
Hacer 1 hora de ejercicio al día y realizar la dieta de mantenimiento nos asegura calidad de vida y mantener ese peso ideal que tanto trabajo nos costó conseguir.
¿Cómo evito subir de peso?
Con una dieta balanceada, que te enseñan a hacer las combinaciones correctas ya que incluyen todos los grupos de alimentos: proteínas, carbohidratos y grasas.
Si eres de las personas que sufre de ansiedad o crees que tu metabolismo es lento te puedes ayudar con los tratamientos naturales, siempre y cuando estés plenamente convencido que sus ingredientes son naturales y que es justamente lo que tú necesitas. Infórmate muy bien sobre el contenido de cada producto natural que consumas para que puedas garantizar resultados favorables y saludables.
No te dejes engañar y no busques más excusas es hora de tomar las riendas de tu vida y tener el cuerpo que tú quieres tener.
Cómo mejorar los hábitos alimenticios
Cambiar los hábitos alimenticios se refiere a comer más sano, es decir, llevar una dieta en que se incluyan alimentos de todos los grupos, en las proporciones adecuadas y en las cantidades necesarias. Los beneficios de una correcta alimentación son infinitos, el cuerpo y los órganos funcionan con más eficiencia, tienes más energía durante el día, rindes mejor, te ves bien, y muy importante, previenes y evitas enfermedades como cáncer, diabetes, problemas cardiacos, ortopédicos, enfermedades respiratorias, gastrointestinales, etc.
Con referencia en los RDA (Raciones Diarias Recomendadas), y en éste diseño, una dieta o alimentación equilibrada requiere de:
- Incluir en todas las comidas, alimentos de los 4 grupos: cereales y tubérculos, frutas y verduras, productos de origen animal, grasas y azúcares
- Limitar el consumo de azúcares, grasas y alcohol al 10% de lo ingerido en un día. Reducir el consumo de grasas mediante: consumo de carnes bajas en grasa (res, pollo, pescado o quesos), cocinar con menos aceite (como el de origen vegetal), limitar los postres como chocolates, helados, pasteles, etcétera
- Proteínas en cantidades moderadas (20%): limitar las raciones de carne a 150-200 gramos (del tamaño de 2 barajas). Intenta comer legumbres junto con cereales como plato fuerte, combinaciones casi tan altas en proteínas como la carne, pero bajas en grasa.
- Comer por lo menos 4 raciones de frutas y verduras al día. Consumir más fibra: frutas, verduras crudas y de color verde, así como, cereales integrales. Ingerir abundantes líquidos, de 8 a 12 vasos al día
- En la dieta deben predominar alimentos energéticos como los cereales, pan, tortillas, azúcares, arroz, pastas, papa, pero bajo en grasa.
- Limitar la ingestión de alimentos procesados por su contenido elevado en sodio y conservadores
- Revisa las etiquetas y la información nutricional. Para elegir alimentos bajos en grasa. Verificar que el contenido en 100 gramos de alimento tenga menos de 4 gramos de grasa o que el 30% o menos de las calorías totales sean de grasa. Recuerda que no siempre lo más caro es lo mejor.
La dieta de la fruta
La dieta de la fruta es una dieta con la que se puede adelgazar y desintoxicar el cuerpo y todo el organismo en 5 días.
Además de adelgazar y desintoxicar el organismo, la dieta de la fruta contiene grandes cantidades de vitaminas y es muy refrescante con lo cual es un tipo de dieta muy apropiada para llevar a cabo durante las épocas de más calor como el verano.
La dieta de la fruta es una dieta muy fácil de realizar ya que se adapta a las necesidades y actividades de cada persona. Por otro lado, para que la dieta de la fruta tenga unos resultados satisfactorios es preciso beber dos litros de agua diarios y realizar algún tipo de ejercicio físico de forma regular para ayudar a eliminar grasas y tonificar el cuerpo.
Día 1:
Para desayunar
Para merendar
Para cenar
Día 2:
Para desayunar
Para desayunar
Para merendar
Para desayunar
Para desayunar
Además de adelgazar y desintoxicar el organismo, la dieta de la fruta contiene grandes cantidades de vitaminas y es muy refrescante con lo cual es un tipo de dieta muy apropiada para llevar a cabo durante las épocas de más calor como el verano.
La dieta de la fruta es una dieta muy fácil de realizar ya que se adapta a las necesidades y actividades de cada persona. Por otro lado, para que la dieta de la fruta tenga unos resultados satisfactorios es preciso beber dos litros de agua diarios y realizar algún tipo de ejercicio físico de forma regular para ayudar a eliminar grasas y tonificar el cuerpo.
Día 1:
Para desayunar
- Dos porciones de fruta al gusto.
- Filetes de pescado al gusto cocido a la plancha.
- Dos piezas de fruta al gusto.
Para merendar
- Dos porciones de fruta al gusto.
Para cenar
- Tres rodajas de queso mozzarella.
- Dos porciones de fruta al gusto.
Día 2:
Para desayunar
- Dos porciones de fruta al gusto.
- 1/4 de pollo a la plancha, sin la piel ya que es donde se encuentra la mayor concentración de grasas y toxinas, aliñado con jugo de limón.
- Dos porciones de fruta al gusto.
- Dos porciones de fruta.
- 2 piezas de fruta al gusto.
- Dos yogures desnatados al gusto.
- Dos piezas de fruta al gusto.
Para desayunar
- 2 porciones de fruta al gusto.
- Una tortilla francesa.
- Dos porciones de fruta al gusto.
Para merendar
- Dos porciones de fruta al gusto.
- 50 gramos de queso descremado.
- Dos porciones de fruta al gusto.
Para desayunar
- Dos porciones de fruta al gusto.
- Dos filetes de pescado a la plancha aliñado con jugo de limón.
- Dos piezas de fruta al gusto.
- Dos porciones de fruta al gusto.
- Dos rebanadas de pan integral con queso descremado.
- Dos piezas de fruta al gusto.
Para desayunar
- Dos porciones de fruta al gusto.
- Una lata de atún.
- Dos piezas de fruta al gusto.
- Dos porciones de fruta al gusto.
- Dos vasos de leche desnatada sin azúcar.
- Dos porciones de fruta al gusto.
La satisfacción corporal se relaciona con unos hábitos alimenticios sanos
Ser feliz depende de muchas cosas, entre otras de nuestro cuerpo. Varios estudios, presentados en un congreso de la Asociación de Psicología de Estados Unidos, revelan que las personas que están satisfechas con su cuerpo, independientemente de su peso y forma, son más propensos a tener una alimentación sana. Muchas mujeres se ven gordas, blandas o no les gustan sus formas por lo que se someten a continuas dietas. "El mensaje que reciben las mujeres es que cierto grado de insatisfacción con sus cuerpos es sano porque les fuerza a cuidar de él", explica Tracy Tylca, coautora del estudio y profesora de psicología de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU).
Pero a tenor de los resultados, lo que sucede es todo lo contrario. "Es necesario valorar primero tu cuerpo para adoptar mejores hábitos alimenticios", señala Tylca. Tener un buen concepto de uno mismo ayuda a seguir una 'alimentación intuitiva', guiada por las sensaciones de hambre o saciedad más que por las emociones o situaciones.
Come lo que quieras pero cuando tengas hambre
Frente a los 'comedores emocionales', las personas que siguen una 'alimentación intuitiva' comen para satisfacer una necesidad fisiológica y no para superar determinadas situaciones o emociones, como el estrés o la ansiedad.Las claves para ser una de ellas son: comer cuando se tenga hambre, hacerlo sin límite de cantidad o de tipo de comida hasta quedar satisfecho, y guiarse sólo por la sensación de saciedad o hambre para determinar cuándo y cuánto se come.
La 'alimentación intuitiva' está relacionada, según Tylca, con una autoestima elevada, satisfacción en la vida y una actitud proactiva, luchadora y optimista. Por el contrario, los trastornos de la alimentación y una visión distorsionada del cuerpo son poco frecuentes entre estas personas.
"Existe la creencia de que si le das a la gente luz verde para que coman todo lo que deseen, se darán un atracón y ganarán muchos kilos. Pero eso no es lo que hemos averiguado", explica Tylca.
"Acepto mi cuerpo tal y como es"
Tylca, junto con la estudiante Laura Avalos, evaluaron a 597 mujeres y descubrieron que las que comían de forma intuitiva, tenían además una valoración muy positiva de sus cuerpos y los aceptan tal y como son, aunque no sean perfectos.Estos datos revelan que, cuanto más funcional es la visión que una mujer tiene de su cuerpo, adoptará hábitos de alimentación mejores y más sanos.
Fuente: elmundo.es
La dieta del kiwi
La dieta a base de kiwi está pensada especialmente para quienes necesitan bajar de peso y son fanáticos de esta refrescante y saludable fruta.
El kiwi es una fruta altamente diurética y rica en fibra soluble. Su aporte calórico es bajo, aproximadamente 54.4 calorías por cada 100 gr. de fruta.
El kiwi es una fruta altamente diurética y rica en fibra soluble. Su aporte calórico es bajo, aproximadamente 54.4 calorías por cada 100 gr. de fruta.
La dieta a base de kiwi está pensada para personas saludables que no padecen de ningún trastorno estomacal. Esta dieta permite adelgazar entre 1 y 2 kilos en 4 días. NO debe excederse el tiempo recomendado.
En la dieta a base de kiwi se recomienda beber la mayor cantidad de agua posible y endulzar las infusiones con algún edulcorante.
Menú de la dieta a base de kiwi
El menú que a continuación se detalla, debe repetirse durante los 4 días que dura el plan.
Menú de la dieta a base de kiwi
El menú que a continuación se detalla, debe repetirse durante los 4 días que dura el plan.
MENÚ
• Desayuno: 1 yogurt descremado y 1 kiwi.
• Media mañana: 1 infusión a elección y 1 kiwi.
• Almuerzo: 1 taza de caldo light y kiwi. Puedes comer la cantidad de kiwi que desees.
• Media tarde: 1 vaso de licuado de kiwi, elaborado con elementos light.
• Merienda: 1 infusión y 1 porción de gelatina light mezclada con 1 kiwi.
• Cena: 1 taza de caldo light y kiwi. Puedes comer la cantidad de kiwi que desees.
• Después de cenar: 1 taza de té de manzanilla o boldo.
Alimentación durante el embarazo
La mujer ha cumplido a través de la historia de la humanidad la función fisiológica de la maternidad y una función cultural orientada al cuidado de sus hijos. A partir de la mitad del siglo XX, se han operado grandes cambios socioculturales y económicos que han favorecido la incorporación de la mujer al mercado laboral, social, político y económico, sin abandonar su papel singular de la maternidad.
Es indiscutible, que la mujer requiere de un adecuado desarrollo físico y biológico para seguir cumpliendo con sus múltiples roles, sin perjuicio de su salud, ni del crecimiento y desarrollo de sus hijos. Por esta razón, es indispensable garantizar los aportes nutricionales específicos que requiere en las diferentes etapas de su vida.
El Banco Mundial ha señalado que invertir en proteger a la mujer entre los 14 y 50 años, ofrece los mejores retornos en salud, socioeconómico, productivo y demográfico, con evidentes beneficios para la familia, comunidad y economía mundial.
Importancia de una alimentación saludable durante el embarazo
Una nutrición adecuada agiliza la recuperación de la madre después del parto. Las complicaciones en el embarazo como la toxemia (eclampsia y pre eclampsia), el parto prematuro y la anemia, pueden originarse de una dieta insuficiente e inadecuada.
Durante el embarazo se debe tener cuidado especial en escoger los alimentos para consumir la calidad y cantidad que realmente se necesita, sin comer el doble como se acostumbra. No se necesitan dietas especiales, dietas restrictivas, ni eliminar el consumo de algunos alimentos por creencias o tabúes equivocados; al menos que exista alguna contraindicación médica o nutricional. En la práctica cotidiana muchas mujeres en edad fértil tiene un bajo consumo de lácteos, verduras y frutas, por lo cual debe haber una preocupación especial por cubrir las recomendaciones de estos alimentos. El cambio en la dieta debe por lo tanto ser más cualitativo, que cuantitativo.
Incremento de las necesidades de energías y proteínas
Para una correcta educación nutricional en la mujer embarazada, es importante analizar los hábitos dietéticos previos al embarazo. Las necesidades de energía y de nutrientes de la madre aumentan durante el embarazo, como consecuencia de los cambios corporales que ocurren en su organismo y de las necesidades del bebé en formación.
La media de los requerimientos energéticos para la mujer embarazada es de 2563, mientras que la media de los requerimientos energéticos para las adolescentes oscila entre las 2200 y 2400 kcal/día.
Como el gasto energético es variable, la mejor forma de garantizar que la alimentación sea la adecuada, es un aumento de peso suficiente. La energía necesaria durante el embarazo, se obtiene principalmente de los nutrientes esenciales tales como carbohidratos y grasas, mientras las proteínas forman tejidos y órganos.
Nutrientes esenciales en el embarazo
Durante el embarazo existe un incremento de las necesidades de casi todos los nutrientes respecto a una mujer de la misma edad, en una proporción variable que fluctúa entre 0 y 50%. Si bien todos los nutrientes son fundamentales para la mujer embarazada, existen algunos que por su función en el adecuado crecimiento y desarrollo del niño, deben tener un cuidado especial, entre ellos:
Calcio
En las mujeres embarazadas y madres lactantes se recomienda una ingesta de calcio de 1200 mg/día. En las adolescentes embarazadas en etapa de crecimiento, se recomienda una ingesta de 1300 mg de calcio, Su ingesta se puede cubrir con cuatro raciones diarias de lácteos (leche, yogurt, queso o cuajada). Esta cantidad provee suficiente calcio, para lograr un desarrollo fetal normal, sin tener que utilizar las reservas óseas maternas.
Otras fuentes de calcio son los cereales integrales, leguminosas y vegetales verdes. Las embarazadas deben evitar el consumo de café, tabaco y alcohol, que interfieren el metabolismo del calcio.
Algunos estudios muestran una respuesta inversa entre el consumo de calcio y la presión arterial durante el embarazo, sin embargo, los estudios clínicos no aportan evidencias ciertas, que un mayor consumo de calcio prevenga el desarrollo de hipertensión o pre eclampsia.
Hierro
Los requerimientos de hierro, durante el primer trimestre del embarazo, son menores debido al cese de la menstruación. Alrededor de la semana 16 de gestación el volumen sanguíneo materno y la masa de glóbulos rojos se expanden, por esta razón, los requerimientos aumentan notablemente. La expansión del volumen sanguíneo ocurre en todas las mujeres embarazadas sanas que tienen depósitos de hierro suficientes o que son suplementadas con hierro.
En la adolescente, las necesidades de hierro son altas, debido al crecimiento de su masa muscular y del volumen sanguíneo. De hecho, la recomendación de un suplemento diario de hierro es necesaria, tanto para la mujer adulta embarazada como para la adolescente.
En las mujeres que inician la gestación con sus depósitos vacios, esta recuperación no existirá, pero la situación se torna más grave, cuando inicia el embarazo anémica y no recibe suplementación.
En promedio, durante el segundo y tercer trimestres son necesarios cerca de 5,6 mg de hierro por día, es decir 4 veces más que en mujeres no embarazadas. Aún cuando, se tome en cuenta, el marcado aumento en la absorción de hierro durante la gestación, es imposible para la madre cubrir sus altos requerimientos con la dieta. La etapa del embarazo es un período tan especial en la vida de una mujer y su alimentación es de suma importancia, más aún si se trata de una adolescente.
La anemia por deficiencia de hierro puede tener efectos nocivos sobre la madre y su hijo/a: la mortalidad materna se incrementa en embarazadas severamente anémicas y las pérdidas de sangre del parto y la anemia incrementan los porcentajes de recién nacidos con bajo peso y prematuros.
Para prevenir la anemia y mantener los depósitos de hierro en la mujer en forma efectiva, se recomiendan las siguientes medidas que pueden ayudar:
- Aporte de hierro dietario: Consumir alimentos fuentes del mineral, que incluya alimentos facilitadores (Alimentos fuentes de vitamina C y A) y evitar el consumo de alimentos inhibidores de la absorción (Café, té, bebidas carbonatadas).
- Alimentos fortificados: Como la harina de maíz precocida y otros, junto con el consumo de alimentos fortificados especiales para embarazadas.
- Suplementación: En las embarazadas, la norma recomienda para prevenir la deficiencia de hierro, sulfato ferroso a una dosis de 60 mg por día dos veces por semana desde el inicio del embarazo. Para el tratamiento de la anemia se recomienda 60 mg de sulfato ferroso diario, desde el momento que se diagnostique la madre anémica y hasta seis meses después del parto, para asegurar que los depósitos de hierro alcancen un nivel adecuado.
Ácido Fólico
Múltiples estudios han demostrado que el consumo de ácido fólico en cantidades adecuadas durante el periodo periconcepcional, desde dos meses antes del embarazo y hasta los primeros dos meses de gestación, disminuye en más de 70% el riesgo de tener un hijo con un Defecto del Tubo Neural (DTN) y de otras malformaciones congénitas, como fisuras labiopalatinas, malformaciones del tracto genitourinario y defectos cardiacos.
Durante el desarrollo del sistema nervioso central, la formación y cierre del tubo neural ocurre entre los días 15 y 28 después de la concepción. Esto indica que el tubo neural se ha formado, cuando apenas, la mujer está sospechando su embarazo. Por lo tanto, cualquier medida preventiva se debe aplicar antes de la concepción.
En nuestro país, nacen cada año aproximadamente 900 niños con lesiones del tubo neural y esta malformación, representa la primera causa de mortalidad infantil por defecto congénito.
Las principales fuentes alimentarias de ácido fólico son las vísceras sobretodo hígado y riñón, carne de res o de ternera, huevos, vegetales, en especial los de hojas verdes (brócoli, espinaca, berros, vainitas, etcétera), leguminosas, cereales integrales, nueces y productos de trigo entero. El organismo aprovecha 50% del ácido fólico de los alimentos, en consecuencia, sólo la mitad del folato en forma natural alcanza los tejidos. Por esta razón, es muy difícil cubrir el requerimiento solamente con la alimentación. Se recomienda en las mujeres embarazadas la suplementación de 5mg diarios de ácido fólico y a todas las mujeres que piensan embarazarse en los próximos de 3 a 6 meses.
Vitaminas
Las necesidades de ciertas vitaminas, como las vitaminas A y C, también se incrementan. Por esta razón, es importante aumentar el consumo de frutas enteras, vegetales crudos verdes, lácteos y consumir al menos dos veces por semana pescados, para tener una alimentación rica en estos nutrientes.
Ácidos grasos esenciales
Durante el embarazo es importante mantener una ingesta adecuada de ácidos grasos esenciales como el ácido linoleico (?-6) y linolénico (?-3), nutrientes que dan origen a importantes componentes de las membranas celulares y reguladores de la función cardiovascular y del tejido nervioso central fetal.
La FAO y OMS recomienda aumentar la ingesta de ? 3 en la alimentación de la mujeres embarazadas, mediante aceites vegetales ricos en soya, mayor consumo de pescado y de productos marinos y de alimentos enriquecidos con estos ácidos grasos.
Toda mujer embarazada necesita de una buena alimentación, ya que sus requerimientos nutricionales aumentan, para satisfacer las demandas del crecimiento y desarrollo del nuevo ser y para producir en cantidad suficiente la leche para alimentarlo. Si se trata de una adolescente, a lo anterior hay que añadir, la energía que ella necesita, para mantener su propio crecimiento y desarrollo. El aumento del requerimiento de algunos nutrientes como el hierro y el acido fólico, que no se cubren con la alimentación y que es necesario suplementarlo.
Recomendaciones para cuidar la alimentación durante el embarazo
El éxito del embarazo y del parto, está muy relacionado con los cuidados y la alimentación que tenga la madre. Estas recomendaciones nutricionales te pueden ayudar.
Múltiples estudios han demostrado que el consumo de ácido fólico en cantidades adecuadas durante el periodo periconcepcional, desde dos meses antes del embarazo y hasta los primeros dos meses de gestación, disminuye en más de 70% el riesgo de tener un hijo con un Defecto del Tubo Neural (DTN) y de otras malformaciones congénitas, como fisuras labiopalatinas, malformaciones del tracto genitourinario y defectos cardiacos.
Durante el desarrollo del sistema nervioso central, la formación y cierre del tubo neural ocurre entre los días 15 y 28 después de la concepción. Esto indica que el tubo neural se ha formado, cuando apenas, la mujer está sospechando su embarazo. Por lo tanto, cualquier medida preventiva se debe aplicar antes de la concepción.
En nuestro país, nacen cada año aproximadamente 900 niños con lesiones del tubo neural y esta malformación, representa la primera causa de mortalidad infantil por defecto congénito.
Las principales fuentes alimentarias de ácido fólico son las vísceras sobretodo hígado y riñón, carne de res o de ternera, huevos, vegetales, en especial los de hojas verdes (brócoli, espinaca, berros, vainitas, etcétera), leguminosas, cereales integrales, nueces y productos de trigo entero. El organismo aprovecha 50% del ácido fólico de los alimentos, en consecuencia, sólo la mitad del folato en forma natural alcanza los tejidos. Por esta razón, es muy difícil cubrir el requerimiento solamente con la alimentación. Se recomienda en las mujeres embarazadas la suplementación de 5mg diarios de ácido fólico y a todas las mujeres que piensan embarazarse en los próximos de 3 a 6 meses.
Vitaminas
Las necesidades de ciertas vitaminas, como las vitaminas A y C, también se incrementan. Por esta razón, es importante aumentar el consumo de frutas enteras, vegetales crudos verdes, lácteos y consumir al menos dos veces por semana pescados, para tener una alimentación rica en estos nutrientes.
Ácidos grasos esenciales
Durante el embarazo es importante mantener una ingesta adecuada de ácidos grasos esenciales como el ácido linoleico (?-6) y linolénico (?-3), nutrientes que dan origen a importantes componentes de las membranas celulares y reguladores de la función cardiovascular y del tejido nervioso central fetal.
La FAO y OMS recomienda aumentar la ingesta de ? 3 en la alimentación de la mujeres embarazadas, mediante aceites vegetales ricos en soya, mayor consumo de pescado y de productos marinos y de alimentos enriquecidos con estos ácidos grasos.
Toda mujer embarazada necesita de una buena alimentación, ya que sus requerimientos nutricionales aumentan, para satisfacer las demandas del crecimiento y desarrollo del nuevo ser y para producir en cantidad suficiente la leche para alimentarlo. Si se trata de una adolescente, a lo anterior hay que añadir, la energía que ella necesita, para mantener su propio crecimiento y desarrollo. El aumento del requerimiento de algunos nutrientes como el hierro y el acido fólico, que no se cubren con la alimentación y que es necesario suplementarlo.
Recomendaciones para cuidar la alimentación durante el embarazo
El éxito del embarazo y del parto, está muy relacionado con los cuidados y la alimentación que tenga la madre. Estas recomendaciones nutricionales te pueden ayudar.
- Mantenga una alimentación variada y equilibrada, ella proveerá la energía y nutrientes necesarios para la salud materna y el desarrollo y crecimiento del bebé.
- Incluye en tu menú alimentos de todos los grupos: granos, cereales, tubérculos y plátanos; hortalizas y frutas; leche, carnes y huevos; grasas y aceites y azúcares (azúcar blanca, papelón, miel) este último grupo consúmelo con moderación.
- Procure beber ocho vasos de agua o dos litros al día.
- Tome las comidas principales desayuno, almuerzo y cena, más tres meriendas diarias de frutas (enteras o licuadas) y lácteos (leche o yogurt). Así garantiza la energía y los nutrientes necesarios para el bebé.
- Recuerde que las necesidades de ciertas vitaminas y minerales como ácido fólico, hierro y calcio, se incrementan durante el embarazo. Para cubrirlas, es necesario tomar suplementos en pastillas.
- Evite el consumo de alimentos crudos como huevo, pescados, carnes, etc.
- Elimine productos dañinos, tales como alcohol (cerveza, vino u otra bebida alcohólica), cigarrillo y drogas ilícitas, especialmente perjudiciales para la embarazada y su hijo. El consumo de alcohol, causa retardo del crecimiento, anomalías oculares y articulares, retraso mental, malformaciones y abortos espontáneos.
- Disminuye o elimine el consumo de café durante el embarazo. Los estudios demuestran que la cafeína atraviesa la placenta y puede alterar la frecuencia cardíaca y la respiración del bebé.
- Recuerde lavar muy bien las frutas y vegetales que consume crudos.
- Modere el consumo de sal, recuerde que existen alimentos procesados que tienen sal, como los enlatados, embutidos, salsa, entre otros.
- Practique ejercicio, como caminar y nadar que le ayudan a mantener el peso.
Mandarinas y Tangerinas. Propiedades y diferenciación.
Origen: Sudeste de China
Fruta cítrica de piel delgada, normalmente de tamaño pequeño, forma ovalada y de color naranja.
Las tangerinas y las mandarinas son erroneamente clasificadas como la misma fruta, las tangerinas son, en realidad, un subgrupo de las mandarinas. Por consiguiente, todas las tangerinas deben clasificarse como mandarinas, pero no todas las mandarinas son tangerinas. La primera diferencia entre estas dos especies es el color de su piel. La tangerina tiene una piel de color más rojizo mientras que la mandarina tiene un color más anaranjado.
Fueron los portugueses, por medio de sus colonias en Asia, que introdujeron esta fruta en Europa. La palabra "mandarina" viene de la lengua más hablada en China: el mandarín. Sin embargo, "mandarina" no es una palabra china. La tangerina es la el nombre de las mandarinas que inventaron los americanos para designar la fruta que pasaba por el puerto marroquí de Tánger. He aquí el porqué de estos nombres.
Variedades más comunes
Clementinas: son de color naranja intenso, de forma esférica aplanada y lo común es que carezcan de semillas. Se consideran un cruce entre la mandarina y una naranja silvestre de Argelia. Se pelan con facilidad y tienen muy buen sabor. La recolección es de noviembre a enero. Otras variedades muy similares a las anteriores y sin semillas son la Clemenpols, Oronules y Esbal.
Clemenvillas: son de tamaño más grande que las anteriores, de corteza naranja rojiza y con mucho zumo.
Satsuma: es originaria de Japón y presenta un exquisito aroma. Sus árboles son los últimos en florecer y sin embargo son los primeros que se recolectan. Las frutas son de color amarillo naranja o naranja asalmonado, de buen tamaño, forma achatada y con propensión a hincharse cuando la corteza inicia el cambio de color. La corteza es gruesa y rugosa, la pulpa de menor calidad gustativa y su recolección puede comenzar a mediados de septiembre.
Conservación
Se converva perfectamente en la nevera durante 2 semanas.
Receta: Delícias de Mandarina Congelada
Preparar 2 tazas de nata montada; separar 3 mandarinas en segmentos y remover la pulpa de cada membrana. Batir la pulpa de la mandarina con yema de 1 huevo junto con la nata hasta conseguir un color pálido. Congelar y servir con coulis de frutos rojos. Ahora a disfrutar!!
Ver más recetas
Fruta cítrica de piel delgada, normalmente de tamaño pequeño, forma ovalada y de color naranja.
Las tangerinas y las mandarinas son erroneamente clasificadas como la misma fruta, las tangerinas son, en realidad, un subgrupo de las mandarinas. Por consiguiente, todas las tangerinas deben clasificarse como mandarinas, pero no todas las mandarinas son tangerinas. La primera diferencia entre estas dos especies es el color de su piel. La tangerina tiene una piel de color más rojizo mientras que la mandarina tiene un color más anaranjado.
Fueron los portugueses, por medio de sus colonias en Asia, que introdujeron esta fruta en Europa. La palabra "mandarina" viene de la lengua más hablada en China: el mandarín. Sin embargo, "mandarina" no es una palabra china. La tangerina es la el nombre de las mandarinas que inventaron los americanos para designar la fruta que pasaba por el puerto marroquí de Tánger. He aquí el porqué de estos nombres.
Valores Nutricionales por 100 g
Calorías: 34; agua: 90%; carbohidratos: 8 g; fibra: 1,8 g. Una fuente excelente de minerales ya que contienen hierro (0,7 mg), potasio (155 mg), calcio (52 mg) y magnesio (22 mg). Además, son muy ricas en vitamina C (45 mg) y caroteno (0,5 mg), que son poderosos antioxidantes.Variedades más comunes
Clementinas: son de color naranja intenso, de forma esférica aplanada y lo común es que carezcan de semillas. Se consideran un cruce entre la mandarina y una naranja silvestre de Argelia. Se pelan con facilidad y tienen muy buen sabor. La recolección es de noviembre a enero. Otras variedades muy similares a las anteriores y sin semillas son la Clemenpols, Oronules y Esbal.
Clemenvillas: son de tamaño más grande que las anteriores, de corteza naranja rojiza y con mucho zumo.
Satsuma: es originaria de Japón y presenta un exquisito aroma. Sus árboles son los últimos en florecer y sin embargo son los primeros que se recolectan. Las frutas son de color amarillo naranja o naranja asalmonado, de buen tamaño, forma achatada y con propensión a hincharse cuando la corteza inicia el cambio de color. La corteza es gruesa y rugosa, la pulpa de menor calidad gustativa y su recolección puede comenzar a mediados de septiembre.
Conservación
Se converva perfectamente en la nevera durante 2 semanas.
Receta: Delícias de Mandarina Congelada
Preparar 2 tazas de nata montada; separar 3 mandarinas en segmentos y remover la pulpa de cada membrana. Batir la pulpa de la mandarina con yema de 1 huevo junto con la nata hasta conseguir un color pálido. Congelar y servir con coulis de frutos rojos. Ahora a disfrutar!!
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Consejos Rápidos para vuestra alimentación
A través de la auto educación y la deliberada aplicación de este conocimiento, cualquiera puede conseguir resultados en la búsqueda de sus objetivos de pérdida de peso.
Las estrategias de algunos regímenes abogan por evitar algún tipo de alimento, o por dar predilección a alguno. A veces se exige comprar alimentos preparados. Ninguna de estas estrategias es correcta porque, en el mejor de los casos, se dirigen a una corrección a corto plazo de un problema que viene de largo.
La pérdida de peso es recuperada con mucha facilidad en las llamadas dietas "yo-yo" (el peso corporal va y viene) debido a que no se consideran todos los factores de comportamientos y bioquímicos. Además, la mayoría de las dietas que prometen resultados espectaculares carecen de un elemento muy importante: el sentido común.
A continuación exponemos los 7 CONSEJOS que deben considerarse si se desea realmente bajar de peso y comenzar a disfrutar de una vida más sana, llena de energía y vitalidad, y por supuesto, con una figura estética ideal:
CONSEJO 1. El cuerpo tiene un número dado de células para el almacenamiento de grasas (adiposas), que aumentan o disminuyen de tamaño para acomodarse a los niveles cambiantes de necesidad de almacenamiento de grasas.
CONSEJO 2. Las grasas de la dieta se almacenan con mucha facilidad en las células adiposas. Debe, por esto, emplearse una dieta pobre en grasas que reduzca los depósitos de grasas que reduzca los depósitos de grasa existentes en el cuerpo.
CONSEJO 3. Para perder peso con éxito, deberían reducirse gradualmente las grasas de la dieta hasta el nivel mínimo tolerable. Para la mayoría de la gente, este nivel se situará en torno al 20 por 100 de las calorías. Una proporción inferior hace que las comidas no sean satisfactorias, debido a su rápida liberación desde el estómago al intestino y el rápido inicio del hambre. Será necesario realizar una disminución gradual y consciente para evitar el malestar, y para asegurar un cambio con éxito, y a largo plazo, de los hábitos alimenticios.
CONSEJO 4. Dado que las grasas de la dieta son tan satisfactorias, aparecen ampliamente en los alimentos preparados. Lo ideal es una dieta de cereales, frutas y verduras cuidadosamente preparados. Las grasas de pescado y el aceite de oliva son realmente buenas para el cuerpo, y deberían idealmente componer la mayoría de las calorías grasas. Las grasas de origen animal (esto es, las que contienen las carnes y productos lácteos) son menos sanas, y deberían tomarse al mínimo. Haz esto comiendo proteína vegetal, pollo sin piel y pescado.
Recuerda que la grasa de la dieta es hoy tu enemigo para la pérdida de peso, y, a largo plazo, tu enemigo para las dolencias cardíacas. Esfuérzate constantemente por mantener al mínimo las calorías grasas. Adopta estrategias de reducción de grasas como son las de evitar restaurantes que carezcan de opiniones saludables en el menú, y pide que te traigan por separado las salsas y el aliño de la ensalada.
Estudiando los envases de los alimentos en el supermercado, podemos percatarnos rápidamente del contenido graso de aquellos. Todos los envases de alimentos deben dar la lista de ingredientes por orden de cantidades, de modo que los alimentos más sanos mostrarán las grasas como uno de los últimos ingredientes. Mantequilla, margarina, sebo, manteca de cerdo y aceites son todos fuentes de grasas que se encuentran en los alimentos procesados y en las recetas. Empieza a recoger recetas y libros de cocina que se concentren en alimentos pobres en grasas.
CONSEJO 5. Todos los alimentos se convertirán en grasa almacenada si se consumen en exceso de las necesidades energéticas. Las necesidades de proteínas y grasas de los seres humanos suelen ser fijas, y los hidratos de carbono complejos deberían contribuir con energía (calorías) cuando se necesite. Para reducir los cúmulos de grasa en el cuerpo, es necesario utilizar más energía de la que se consume en los alimentos, por medio de actividades y ejercicios corporales.
El contenido en nutrientes de los alimentos debe ser elevado, especialmente si se consumen menos calorías. Los dulces (hidratos de carbono simples) deberían ser evitados, debido a la baja densidad de nutrientes y al alto contenido en grasas que a menudo se encuentra en ellos.
CONSEJO 6. Las dietas muy bajas en calorías y la carencia de ejercicio contribuyen a quemar tanto la masa muscular como la grasa corporal. Esta condición es malsana para el cuerpo, y el hambre, de rebote da como resultado que se recupere la grasa corporal. El cuerpo recupera la grasa más fácilmente, y con el tiempo cambia la composición del cuerpo a un mayor porcentaje de grasa. El enfoque correcto es el de aumentar gradualmente el ejercicio al tiempo que se disminuye gradualmente la ingesta de calorías (provista desde las grasas). Un cambio rápido no funcionará a largo plazo.
CONSEJO 7. Un cuerpo bien ejercitado estará bioquímicamente entrenado para utilizar más eficientemente las grasas procedentes de la dieta y de las reservas como fuentes de energía. La tendencia a almacenar grasas se reduce con el entrenamiento atlético. Si la intensidad del ejercicio es lo bastante alta, el cuerpo quemará energía durante horas después de que el ejercicio haya acabado. Este efecto incrementa el Metabolismo Basal, que es la energía que se quema en reposo. Sin el aumento del Metabolismo Basal inducido por el ejercicio, hacer una dieta para perder grasa corporal se convierte en un esfuerzo sin resultados.
La obesidad es más que un problema estético, pues su presencia conlleva serios riesgos para la salud de los afectados. Lo más recomendable es que las generaciones jóvenes aprendan a prevenirla. El tratamiento del trastorno se basa, esencialmente, en un plan alimentario bien diseñado junto con un programa de actividad física frecuente, los cuales, en ciertos casos, pueden ser acompañados por el uso de medicamentos. También es muy importante el control de las alteraciones asociadas como la presión arterial alta y el exceso de grasas (colesterol y triglicéridos) en sangre.
A continuación exponemos los 7 CONSEJOS que deben considerarse si se desea realmente bajar de peso y comenzar a disfrutar de una vida más sana, llena de energía y vitalidad, y por supuesto, con una figura estética ideal:
CONSEJO 1. El cuerpo tiene un número dado de células para el almacenamiento de grasas (adiposas), que aumentan o disminuyen de tamaño para acomodarse a los niveles cambiantes de necesidad de almacenamiento de grasas.
CONSEJO 2. Las grasas de la dieta se almacenan con mucha facilidad en las células adiposas. Debe, por esto, emplearse una dieta pobre en grasas que reduzca los depósitos de grasas que reduzca los depósitos de grasa existentes en el cuerpo.
CONSEJO 3. Para perder peso con éxito, deberían reducirse gradualmente las grasas de la dieta hasta el nivel mínimo tolerable. Para la mayoría de la gente, este nivel se situará en torno al 20 por 100 de las calorías. Una proporción inferior hace que las comidas no sean satisfactorias, debido a su rápida liberación desde el estómago al intestino y el rápido inicio del hambre. Será necesario realizar una disminución gradual y consciente para evitar el malestar, y para asegurar un cambio con éxito, y a largo plazo, de los hábitos alimenticios.
CONSEJO 4. Dado que las grasas de la dieta son tan satisfactorias, aparecen ampliamente en los alimentos preparados. Lo ideal es una dieta de cereales, frutas y verduras cuidadosamente preparados. Las grasas de pescado y el aceite de oliva son realmente buenas para el cuerpo, y deberían idealmente componer la mayoría de las calorías grasas. Las grasas de origen animal (esto es, las que contienen las carnes y productos lácteos) son menos sanas, y deberían tomarse al mínimo. Haz esto comiendo proteína vegetal, pollo sin piel y pescado.
Recuerda que la grasa de la dieta es hoy tu enemigo para la pérdida de peso, y, a largo plazo, tu enemigo para las dolencias cardíacas. Esfuérzate constantemente por mantener al mínimo las calorías grasas. Adopta estrategias de reducción de grasas como son las de evitar restaurantes que carezcan de opiniones saludables en el menú, y pide que te traigan por separado las salsas y el aliño de la ensalada.
Estudiando los envases de los alimentos en el supermercado, podemos percatarnos rápidamente del contenido graso de aquellos. Todos los envases de alimentos deben dar la lista de ingredientes por orden de cantidades, de modo que los alimentos más sanos mostrarán las grasas como uno de los últimos ingredientes. Mantequilla, margarina, sebo, manteca de cerdo y aceites son todos fuentes de grasas que se encuentran en los alimentos procesados y en las recetas. Empieza a recoger recetas y libros de cocina que se concentren en alimentos pobres en grasas.
CONSEJO 5. Todos los alimentos se convertirán en grasa almacenada si se consumen en exceso de las necesidades energéticas. Las necesidades de proteínas y grasas de los seres humanos suelen ser fijas, y los hidratos de carbono complejos deberían contribuir con energía (calorías) cuando se necesite. Para reducir los cúmulos de grasa en el cuerpo, es necesario utilizar más energía de la que se consume en los alimentos, por medio de actividades y ejercicios corporales.
El contenido en nutrientes de los alimentos debe ser elevado, especialmente si se consumen menos calorías. Los dulces (hidratos de carbono simples) deberían ser evitados, debido a la baja densidad de nutrientes y al alto contenido en grasas que a menudo se encuentra en ellos.
CONSEJO 6. Las dietas muy bajas en calorías y la carencia de ejercicio contribuyen a quemar tanto la masa muscular como la grasa corporal. Esta condición es malsana para el cuerpo, y el hambre, de rebote da como resultado que se recupere la grasa corporal. El cuerpo recupera la grasa más fácilmente, y con el tiempo cambia la composición del cuerpo a un mayor porcentaje de grasa. El enfoque correcto es el de aumentar gradualmente el ejercicio al tiempo que se disminuye gradualmente la ingesta de calorías (provista desde las grasas). Un cambio rápido no funcionará a largo plazo.
CONSEJO 7. Un cuerpo bien ejercitado estará bioquímicamente entrenado para utilizar más eficientemente las grasas procedentes de la dieta y de las reservas como fuentes de energía. La tendencia a almacenar grasas se reduce con el entrenamiento atlético. Si la intensidad del ejercicio es lo bastante alta, el cuerpo quemará energía durante horas después de que el ejercicio haya acabado. Este efecto incrementa el Metabolismo Basal, que es la energía que se quema en reposo. Sin el aumento del Metabolismo Basal inducido por el ejercicio, hacer una dieta para perder grasa corporal se convierte en un esfuerzo sin resultados.
La obesidad es más que un problema estético, pues su presencia conlleva serios riesgos para la salud de los afectados. Lo más recomendable es que las generaciones jóvenes aprendan a prevenirla. El tratamiento del trastorno se basa, esencialmente, en un plan alimentario bien diseñado junto con un programa de actividad física frecuente, los cuales, en ciertos casos, pueden ser acompañados por el uso de medicamentos. También es muy importante el control de las alteraciones asociadas como la presión arterial alta y el exceso de grasas (colesterol y triglicéridos) en sangre.
Mitos y realidades
Mito: La obesidad es causada de manera exclusiva porque los pacientes comen demasiado.
Realidad: La obesidad tiene causas genéticas y ambientales. De hecho, la tercera parte del riesgo está determinada genéticamente.
Mito: La obesidad es curable.
Realidad: Se trata de una condición crónica, que constituye una tendencia del individuo. Es manejable, pero las medidas instauradas deben ser mantenidas a muy largo plazo.
Mito: La obesidad es una enfermedad de la glándula tiroides.
Realidad: sólamente una minoría de personas obesas tienen algún trastorno de la tiroides. Sin embargo, la deficiencia tiroidea, cuando existe, es un factor contribuyente, más que la causa, de la obesidad.
Mito: Los nuevos fármacos para obesidad pueden ser adquiridos libremente y no conllevan ningún riesgo.
Realidad: Todos los fármacos para reducir peso deben ser formulados por un médico experto, o de lo contrario podrían ocasionar consecuencias inadvertidas para la salud.
Mito: Niño obeso = niño sano.
Realidad: Muchos de los problemas generados por la obesidad comienzan en la niñez y es por ello que es necesario prevenirla, o bien tratarla de forma adecuada, desde la niñez.
Mito: Si una persona obesa no consume azúcar, jamás desarrolla diabetes.
Realidad: Mientras haya sobrepeso, el riesgo de diabetes tipo 2 existe. Además, no sólo lo que es dulce contiene azúcar.
Mito: El ejercicio es, por sí solo, suficiente para reducir peso.
Realidad: Es necesario combinarlo con dieta y cambios de conducta. Su principal efecto es ayudar a mantener el peso, y reducir el riesgo de diabetes.
Mito: Todas las personas con deficiencia tiroidea son obesas.
Realidad: Son obesas sólo en algunos casos, en los que, además, hay predisposición al sobrepeso.
Mito: Es imposible cambiar la conducta alimentaria de una persona adulta.
Realidad: Con el adecuado apoyo profesional, ese objetivo se puede conseguir, para mejorar los resultados a largo plazo.
Mito: Las mejores dietas son las que se basan en un sólo tipo de alimento, por ejemplo proteína, o grasa, o verdura o fruta.
Consejos para la preparación de alimentos saludables
El calor del cocinado destruye una parte de los nutrientes de los alimentos. Por ello:
• No conviene prolongar innecesariamente el tiempo de cocinado, cuando ya se ha obtenido la textura deseada y se ha eliminado el riesgo microbiológico.
• Debe calentarse sólo la cantidad de alimentos que se vayan a consumir para no efectuar recalentamientos innecesarios.
• Es aconsejable aplicar de manera habitual las técnicas culinarias que mejor preservan la composición natural de los alimentos y que incorporan menos grasa.
• La cocción es un tratamiento culinario sano y recomendable, pero si los alimentos se trocean mucho, se emplea demasiada agua y se prolonga sin necesidad el tiempo de cocción, se pierden nutrientes. Por ello se recomienda cocer los vegetales enteros o en trozos grandes, con la cantidad justa de agua para cubrirlos, añadiendo unas gotas de limón o vinagre al agua y el tiempo imprescindible para que se hagan. La olla a presión precisa menos cantidad de agua y tiempo de cocción, por lo que si se utiliza correctamente son menores las pérdidas nutritivas. También es una buena alternativa la cocción de los alimentos al vapor , pues los alimentos no entran en contacto con el agua. En el agua de cocción de las verduras quedan disueltos algunos minerales y vitaminas; por este motivo se aconseja aprovecharla (excepto la de espinacas por su mayor contenido en nitratos) para hacer sopas, salsas, purés y guisos. Si no se utiliza de inmediato, guardarla en un envase cerrado, sin aire y en el frigorífico.
• El guisado se inicia con un sofrito, seguido de una cocción en caldo corto (agua, caldo, vino…). El guiso resultará más saludable si se emplea poco aceite y gran variedad de ingredientes.
• En la fritura, asado, braseado, plancha y tostado, hay que evitar que los alimentos queden excesivamente tostados o requemados, y no hacer un uso abusivo de barbacoas, pues las altas temperaturas y la combustión de la grasa, da lugar a sustancias indeseables (hidrocarburos aromáticos policíclicos…).
• La fritura se realiza en baño de aceite, adquiriendo los alimentos un alto aporte calórico. Para freír se recomienda envolver el alimento con harina, pues evita la salida de nutrientes. El aceite inicialmente ha de estar caliente pero sin llegar a humear, pues el humo es signo de descomposición. Al finalizar la fritura del alimento escurrir bien el aceite y posar sobre papel de cocina absorbente. El aceite se debe filtrar después de cada uso y conservarlo en recipiente opaco y cerrado. No mezclar diferentes tipos de aceite, ni añadir aceite nuevo sobre el usado. Con los sucesivos calentamientos el aceite se degrada y se vuelve insano, por ello en cuanto aumente su densidad y/o cambie de color, hay que desecharlo.
Recomendaciones para el cocinado de alimentos
Resulta mas sano cocinar las patatas con su piel, asadas al horno o al microondas, o bien cocidas en agua, en lugar de fritas. No consumir la piel, pues puede contener residuos de contaminantes. Retirar los brotes de las patatas, pues pueden contener solanina (tóxica).
Las pastas alimenticias (macarrones, espaguetis, etc.) elaboradas con sémola de trigo duro son de mayor calidad. La cocción justo al dente resulta mas digestiva, y el acompañamiento con salsa de tomate y otros ingredientes vegetales, es la mejor alternativa nutricional. No emplear habitualmente la pasta al huevo para no aumentar el aporte encubierto de huevos a la dieta.
Para cocinar las legumbres se recomienda el remojo previo 8 - 12 horas y el empleo de la olla a presión. Si se va a añadir morcilla y/o chorizo, se aconseja previamente realizar varios pinchazos con un tenedor, calentarlos uno o dos minutos en el microondas y tirar la grasa que hayan soltado.
Para colorear paellas emplear mejor pimentón o azafrán, en lugar de colorante artificial (tartracina), el cual puede provocar reacciones alérgicas.
Para cocinar piezas enteras de carne y aves, conviene al principio aplicar alta temperatura, para que se forme una costra superficial que ayuda a retener los jugos, y a continuación reducir el calor, manteniendo temperaturas intermedias hasta que el interior quede completamente hecho.
Para que la carne picada destinada a hamburguesas, albóndigas, etc., no tenga excesiva grasa, conviene elegir una pieza de carne magra (ternera, pollo...) y quitarle previamente la grasa visible y en su caso la piel.
No es aconsejable que las carnes, los pescados y los huevos, queden crudos o escasamente cocinados, dado que:
• Las carnes y pescados crudos se digieren peor.
• La clara del huevo cruda tiene una asimilación reducida.
• Tienen peligro microbiológico y parasitario.
El consumo de ajo y cebolla aumentaría la absorción de hierro y zinc
Según un estudio publicado en el Journal of Agricultural and food chemistry, el consumo de ajo y cebolla, conjuntamente con alimentos vegetales que contienen hierro y zinc, mejoraría su absorción y biodisponibilidad, de manera directa.
En el Instituto de Investigación Tecnológica de Mysore, India, se llevó a cabo una investigación en donde se evaluó si el consumo de ajo y cebolla en forma conjunta con alimentos vegetales que contenían hierro y zinc, aumentaba la absorción y mejoraba la biodisponibilidad de dichos minerales.
Este descubrimiento puede ser de gran utilidad para aquellas poblaciones que consumen una dieta carente de proteínas de alto valor biológico como carnes, lácteos y huevo.
En el Instituto de Investigación Tecnológica de Mysore, India, se llevó a cabo una investigación en donde se evaluó si el consumo de ajo y cebolla en forma conjunta con alimentos vegetales que contenían hierro y zinc, aumentaba la absorción y mejoraba la biodisponibilidad de dichos minerales.
Este descubrimiento puede ser de gran utilidad para aquellas poblaciones que consumen una dieta carente de proteínas de alto valor biológico como carnes, lácteos y huevo.
Estudio
- Para realizar dicha investigación se utilizó un modelo de tracto digestivo que simulaba el paso de determinados alimentos como sorgo, arroz, garbanzos y frijoles, conjuntamente con diferentes dosis de ajo (0.25 y 0.5 gr/10 gr. de grano) y cebolla (1.5 y 3 g/10 gr. de grano).
- Al finalizar el estudio se pudo observar que la cantidad de captación tanto de hierro como de zinc había aumentado.
- La absorción de hierro había aumentado un 70%, mientras que la de zinc fue de un 160%.
- Además aumentó tanto la biodisponibiliad de zinc como la de hierro.
- Las sustancia responsable de dicha asociación positiva sería el azufre contenido en aminoácidos como la cisteína, el cual se encuentra tanto en el ajo como en la cebolla.
- Este descubrimiento es de suma importancia para la industria alimenticia, ya que a través de estos resultados se pueden intervenir para incluso tratar a poblaciones vulnerables como pueden ser los niños y ancianos.
Más tiempo sentado, menos tiempo de vida
Estudios de científicos norteamericanos demuestran que permanecer más tiempo sentado se relaciona con menos esperanza promedio de vida, según el Dr. Jay Brooks, presidente de hematología y oncología del Sistema de Salud Ochsner de Baton Rouge, Luisiana.
La conclusión incluso se aplica a pesar de que los investigadores han tomado en cuenta la obesidad y el nivel de actividad física de las personas en una muestra estadística de más de 120 mil adultos.
El Doctor Brooks lo explica así: "El mensaje de esto es igual que todo lo demás en la vida. La gente necesita reconocer que las cosas que hacen a diario tienen consecuencias. Y si usted tiene un trabajo que le obliga a estar sentado, no pasa nada, pero cualquier momento en que pueda gastar energía es positivo. Esa es la clave".
Los efectos del ejercicio sobre la obesidad y el sobrepeso han sido bien estudiados y documentados, sin embargo no pasa lo mismo con los efectos de permanecer sentado y la relación con la “mortalidad total”.
Se estudiaron 123.216 personas entre los años 1993 a 2006 sin antecedentes de enfermedades. Las mujeres que pasaban más de seis horas sentadas el riesgo de muerte aumentó un 37%, entre los hombres fue del 17%.
La líder del estudio, la doctora Alpa Patel relacionó el permanecer sentado por mucho tiempo con la disminución del metabolismo, que a su vez permite la llegada de otros factores de riesgo como el sobrepeso y la obesidad, patologías que predisponen a enfermedades cardiovasculares agudas.
Finalmente, en relación al mantenimiento y promoción de la salud, la clave es moverse todo lo que se pueda durante el transcurso del día.
El Doctor Brooks lo explica así: "El mensaje de esto es igual que todo lo demás en la vida. La gente necesita reconocer que las cosas que hacen a diario tienen consecuencias. Y si usted tiene un trabajo que le obliga a estar sentado, no pasa nada, pero cualquier momento en que pueda gastar energía es positivo. Esa es la clave".
Los efectos del ejercicio sobre la obesidad y el sobrepeso han sido bien estudiados y documentados, sin embargo no pasa lo mismo con los efectos de permanecer sentado y la relación con la “mortalidad total”.
Se estudiaron 123.216 personas entre los años 1993 a 2006 sin antecedentes de enfermedades. Las mujeres que pasaban más de seis horas sentadas el riesgo de muerte aumentó un 37%, entre los hombres fue del 17%.
La líder del estudio, la doctora Alpa Patel relacionó el permanecer sentado por mucho tiempo con la disminución del metabolismo, que a su vez permite la llegada de otros factores de riesgo como el sobrepeso y la obesidad, patologías que predisponen a enfermedades cardiovasculares agudas.
Finalmente, en relación al mantenimiento y promoción de la salud, la clave es moverse todo lo que se pueda durante el transcurso del día.
Mejorando nuestra dieta
1. Ingerir los nutrientes adecuados según las distintas necesidades calóricas
Consumir variedad de alimentos ricos en diferentes nutrientes. Limitar la ingestión de grasa saturada, colesterol, azúcar, sal y alcohol.2. Manejo adecuado del peso
Para mantener el peso adecuado, es necesario equilibrar el gasto y la ingestión de alimentos y bebidas. 3. Actividad física adecuada
Para prevenir el aumento de peso con el tiempo, disminuya ligeramente el consumo de calorías de alimentos y bebidas y aumente la actividad física. La actividad física debe incluir una mejora cardiovascular, así como estiramientos y ejercicios de resistencia.Jóvenes y adolescentes: son necesarios 60 min. la mayor parte de los días.
Almenos 30 min. diarios son necesarios para reducir eficazmente el riesgo de enfermedades crónicas.
Puede ser necesario hasta 60 min. de una actividad moderada-vigorosa frecuentemente para prevenir la ganancia de peso.
4. Mejorar la ingestión de ciertos grupos de alimentos
Consuma suficientes cantidades de pescado: al menos, dos veces por semana. El pescado azul debería consumirse con cierta frecuencia (una vez al menos cada dos semanas).Consuma suficientes cantidades de frutas y hortalizas: 3 piezas de fruta, 1 plato de verduras al día.
Elija una variedad suficiente de frutas y hortalizas. Dé a sus platos todo el color necesario!
Consuma a diario productos elaborados con cereales integrales.
Ingiera 2 o 3 tazas de leche desnatada o semidesnatada o su equivalente en productos lácteos.
Consuma platos elaborados con legumbres secas al menos una vez por semana y, mejor, dos veces.
5. Ingerir grasas adecuadamente
Consuma menos del 10% de las calorías a partir de AGS y menos de 300 mg diarios de colesterol, reduciendo al máximo los ácidos grasos. ¡Use aceite de oliva!La grasa total debe aportar alrededor del 35% de la energía, siendo importantes las fuentes de ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados: pescado, frutos secos, aceite de oliva, etc.
Elija carnes, aves, lácteos...preferiblemente magros.
6. Ingerir los carbohidratos adecuadamente
Elija alimentos ricos en fibra: frutas, hortalizas y frutos secos.Elija y prepare alimentos y bebidas con poco azúcar añadido o edulcorantes.
Consuma menos alimentos y bebidas que contengan azúcar y almidón para reducir el riesgo de caries.
7. Atención con el sodio y el potasio
Consuma < 2.300 mg (1 cucharilla de sal) de sodio diariamente.Elija y prepare alimentos con poca sal. Consuma alimentos ricos en potasio como frutas y verduras.
8. Las bebidas alcohólicas
Quienes consumen alcohol deben hacerlo moderadamente: "no más de 1 bebida las mujeres y 2 bebidas los hombres al día"Algunas personas no podrán consumir nada de alcohol.
9. Higiene alimentaria
Lave las manos, las superficies de trabajo y las frutas y verduras.Separa los alimentos adecuadamente.
Cocine los alimentos a temperaturas adecuadas.
Refrigere los alimentos perecederos lo antes posible.
Evite la leche cruda, los huevos y carne crudas o poco cocinadas.
UNA ALIMENTACIÓN MÁS SALUDABLE ES POSIBLE GRACIAS A LA COLABORACIÓN DE TODOS
Frutas y verduras para la piel
No solo de cosméticos vive la piel. Una dieta correcta, rica en vegetales y frutas, es el primer paso para lucir un cutis bonito y una epidermis cuidada y bien hidratada.
Los mejores antiarrugas
Las frutas y hortalizas de color amarillo y anaranjado, y las verduras de hoja verde contienen buenas dosis de los precursores de la vitamina A, es decir, de betacarotenos. Esta vitamina es indispensable para la formación de los tejidos, las mucosas y las células de la piel. También contribuyen a frenar la acción de los radicales libres y, por tanto, el envejecimiento cutáneo y de otros órganos.
Por eso, es conveniente consumir frutas como el melocotón, el albaricoque, el melón y el caqui, y verduras como la calabaza, la zanahoria, la acelga, el perejil, el berro, la col, la espinaca y la escarola.
Sus concentraciones de vitamina A varían desde los 1100 microgramos por cada 100 gramos de producto de zanahorias y perejil a los 583 microgramos de las acelgas, pasando por los 830 de las coles o los 816 de las espinacas. En el apartado de las frutas, los melocotones contienen 73 microgramos, el caqui 100 y los albaricoques 298.
Antioxidantes naturales
Los cítricos, los kiwis, las frutas rojas, las fresas, los berros, la familia de las coles y el perejil son alimentos ricos en vitamina C. Además de su papel antioxidante, todos son imprescindibles para la buena cicatrización de las heridas e intervienen en la producción del colágeno, que otorga elasticidad a la piel y hace que se deteriore más despacio.
Cutis luminosos con vitamina E
Además de las frutas y verduras frescas, es aconsejable consumir frutos secos. Una ración diaria, no muy grande, es suficiente ya que aportan muchas calorías. Son ricos en vitamina E, igual que los vegetales de hoja verde y las frambuesas.
Las almendras, nueces o pistachos, junto a las verduras y frutas mencionadas, consiguen reducir la oxidación celular, el envejecimiento de la piel, a la que proporcionan elasticidad, e incluso pueden ir bien contra las manchas cutáneas. Además, las nueces y las avellanas son ricas en cobre, que actúa como antiinflamatorio, mejorando trastornos cutáneos de este tipo, además de intervenir en la síntesis de la elastina.
Otra variedad recomendable para mantener una piel bella y luminosa es el plátano. Se trata de una fruta rica en zinc, un microelemento antioxidante, que mejora la renovación de las células cutáneas y que además las tonifica.
El brécol, por su parte, atesora buenas concentraciones de magnesio, que contribuye a expulsar los tóxicos del organismo, lo que sin duda se nota en la piel. También posee propiedades antiestrés. No debemos olvidar al tomate, una hortaliza muy consumida, que aporta un pigmento con cualidades antioxidantes: el licopeno.
¿Y cuando llega el calor?
Con la llegada del buen tiempo dejamos ver más nuestra piel y apetece especialmente mostrarla bonita y luminosa.
Todas estas frutas y verduras ayudan a conseguirlo, pero es necesario que formen parte de la alimentación durante todo el año. También es imprescindible mantener el cuerpo y la piel bien hidratados, bebiendo al menos 2 litros de agua diarios.
Una buena vía para lograr la hidratación y los nutrientes beneficiosos para la piel la constituyen los zumos naturales, tanto de frutas como de verduras. Cuando el calor aprieta resultan muy apetecibles y son menos pesados de tomar.
Más fuerte de lo que parece, pero a la vez más sensible de lo que creemos: así es la piel, una auténtica barrera protectora del organismo. Estamos acostumbrados a limpiarla y cuidarla con geles, cremas y cosméticos. Sin embargo, la belleza y salud de la piel reside en una alimentación equilibrada y variada, rica en ciertas vitaminas y minerales.
Una forma de llevar este tipo de dieta es consumir altas dosis de frutas y verduras, algunas de ellas, por su composición nutricional, son especialmente adecuadas para proteger la piel y mejorar su aspecto.Los mejores antiarrugas
Las frutas y hortalizas de color amarillo y anaranjado, y las verduras de hoja verde contienen buenas dosis de los precursores de la vitamina A, es decir, de betacarotenos. Esta vitamina es indispensable para la formación de los tejidos, las mucosas y las células de la piel. También contribuyen a frenar la acción de los radicales libres y, por tanto, el envejecimiento cutáneo y de otros órganos.
Por eso, es conveniente consumir frutas como el melocotón, el albaricoque, el melón y el caqui, y verduras como la calabaza, la zanahoria, la acelga, el perejil, el berro, la col, la espinaca y la escarola.
Sus concentraciones de vitamina A varían desde los 1100 microgramos por cada 100 gramos de producto de zanahorias y perejil a los 583 microgramos de las acelgas, pasando por los 830 de las coles o los 816 de las espinacas. En el apartado de las frutas, los melocotones contienen 73 microgramos, el caqui 100 y los albaricoques 298.
Antioxidantes naturales
Los cítricos, los kiwis, las frutas rojas, las fresas, los berros, la familia de las coles y el perejil son alimentos ricos en vitamina C. Además de su papel antioxidante, todos son imprescindibles para la buena cicatrización de las heridas e intervienen en la producción del colágeno, que otorga elasticidad a la piel y hace que se deteriore más despacio.
Cutis luminosos con vitamina E
Además de las frutas y verduras frescas, es aconsejable consumir frutos secos. Una ración diaria, no muy grande, es suficiente ya que aportan muchas calorías. Son ricos en vitamina E, igual que los vegetales de hoja verde y las frambuesas.
Las almendras, nueces o pistachos, junto a las verduras y frutas mencionadas, consiguen reducir la oxidación celular, el envejecimiento de la piel, a la que proporcionan elasticidad, e incluso pueden ir bien contra las manchas cutáneas. Además, las nueces y las avellanas son ricas en cobre, que actúa como antiinflamatorio, mejorando trastornos cutáneos de este tipo, además de intervenir en la síntesis de la elastina.
Otra variedad recomendable para mantener una piel bella y luminosa es el plátano. Se trata de una fruta rica en zinc, un microelemento antioxidante, que mejora la renovación de las células cutáneas y que además las tonifica.
El brécol, por su parte, atesora buenas concentraciones de magnesio, que contribuye a expulsar los tóxicos del organismo, lo que sin duda se nota en la piel. También posee propiedades antiestrés. No debemos olvidar al tomate, una hortaliza muy consumida, que aporta un pigmento con cualidades antioxidantes: el licopeno.
¿Y cuando llega el calor?
Con la llegada del buen tiempo dejamos ver más nuestra piel y apetece especialmente mostrarla bonita y luminosa.
Todas estas frutas y verduras ayudan a conseguirlo, pero es necesario que formen parte de la alimentación durante todo el año. También es imprescindible mantener el cuerpo y la piel bien hidratados, bebiendo al menos 2 litros de agua diarios.
Una buena vía para lograr la hidratación y los nutrientes beneficiosos para la piel la constituyen los zumos naturales, tanto de frutas como de verduras. Cuando el calor aprieta resultan muy apetecibles y son menos pesados de tomar.
Dieta de la Fruta
Se puso de moda a principios de los años 70, con el nacimiento de las filosofías hippies y contestatarias. Su base es el consumo de pomelo o piña, alternando con otros alimentos.
Duración: una semana
Kilos perdidos: de dos a tres .
Para quién no: personas con infección urinaria o diabetes.
Durante tres días a la semana sólo se puede comer pomelo o piña, en zumo o fruta. Los cuatro días restantes se permite una alimentación variada, con carne, pescado, huevos y ensalada, guisados con muy poco aceite. El pomelo (o la piña) se debe incluir como postre. No se puede tomar azúcar, alcohol ni bebidas carbónicas.
Ventajas:
Adecuada para personas caprichosas en su forma de comer. Rica en vitamina C.
Inconvenientes:
No se debe prolongar más de siete días, al tratarse de una dieta de pocas calorías. El peso perdido se ecupera con facilidad, ya que se pierde mucho agua. Se trata de una dieta de semiayuno. El pomelo es muy rico en vitamina C, pero un kilo sólo aporta 370 calorías, es ya por debajo de las mínimas necesarias.
¿Cómo te ayudan los zumos?
Una pequeña lista de zumos para remedios caseros
Para la fatiga: 2 zanahorias licuadas + 1 plátano + 1 aguacate. Tomar antes o después de hacer deporte o como desayuno.
Para la resaca: 1 tomate + 1 pepino + 1/4 de cebolla pequeña + 1 cucharada de aceite de oliva. Tomar antes y despues de dormir.
Para la migraña: 100 gramos de fresas + 50 gramos de manzana + 1 plátano batido.
Para la acidez estomacal: 100 gramos de zanahoria + 200 gramos de patatas crudas + 8 hojas de col. La patata cruda y la zanahoria son dos alcalinizantes y neutralizan los acidos del estómago. La col es un cicatrizante y protector estomacal.
Para relajarse: 1 plátano + 2 kiwis. El plátano es rico en triptófano, un aminoácido encargado de producir la serotonina, hormona que relaja el sistema nervioso. Ambas frutas contienen magnesio, necesario en casos de estrés.
Para abrir el apetito: 100 gramos de melón maduro + 1 naranja + 2 mandarinas + 50 gramos de lima. Batirlo y licuarlo. Estacombinación dulce y ácida ayuda a producir ácidos estomacales que estimulan la sensación de hambre.
Para la anemia: 1 manzana + 100 gramos de moras + 1 patata pelada cruda. La manzana estimula la producción de glóbulos rojos, las moras son mi¡uy ricas en hierro y la patata aporta cromo, esencial para la asimilación del hierro.
Quemagrasas: 1 pomelo pelado + 200 gramos de piña. El pomelo actúa como diurético y laxante y sus componentes amargos estimulan la eliminación de toxinas y líquidos ya que son depurativos. La piña es también diurética y ademas es anticelulítica.
Patricia Díaz
La Uva, un regalo de la naturaleza
La uva es uno de los tres frutos míticos básicos en la cocina mediterránea, junto con las olivas y el trigo.
En Europa, la uva se cultiva desde tiempos prehistóricos, tal y como lo demuestran las semillas que se han hallado en yacimientos arqueológicos de la edad del bronce de Suiza, Italia y en tumbas del antiguo Egipto. Los botánicos sitúan el origen de la uva cultivada en Europa en la región asiática del mar Caspio, desde donde las semillas se dispersaron hacia el oeste por toda la cuenca mediterránea. Los antiguos griegos y romanos cultivaban la vid y ambas civilizaciones desarrollaron en gran medida la viticultura. Los últimos continuaron con esta práctica y extendieron el cultivo de vides por todo su territorio colonial. A partir del año 1800 comienza el cultivo de vides protegidas con vidrio en los países fríos, de manera que aumentó notablemente la calidad de las uvas producidas. Más adelante comenzaron a construirse invernaderos provistos de calefacción para el cultivo de las vides.
Variedades de Uva
Aunque se conocen más de cinco mil variedades de uvas, son poco más de cuarenta las que han adquirido prestigio entre los consumidores para la elaboración de vinos. Y menos de veinte las que llegan a la mesa como postre, entre el verano y el año nuevo. Básicamente se recogen seis tipos de uva de mesa:
Moscatel Málaga: Se presenta en forma de racimos grandes y de color amarillo.
Ohanes: es una uva de tamaño medio y pulpa crujiente que madura en octubre. Si bien no es de las mejores en calidad se cultiva por su resistencia, la cual le permite estar en el mercado hasta abril o mayo.
Napoleón: es de septiembre a octubre y presenta unos granos bastante gruesos.
Aledo: Es de granos gruesos y amarillentos. Se recoge en octubre.
Dominga: Se cosecha también en octubre y tiene unos granos gruesos de color blanco y pardo rojizo.
Italia: es de granos gruesos y de color amarillo, aunque es la más temprana, del mes de agosto.
Otras variedades de uva son la Almeria, Rossetti y Chasetas Ros. En cuanto a la uva negra se puede destacar la de Alicante, de granos violeta y alargados, y la variedad Hamburgo, cuyos frutos son tiernos y dulces.
Conservación y consumo de Uvas
Las uvas se conservan en el frigorífico sin problemas durante 15 días. Para ello hay que ponerlas sobre papel de celulosa, pues este absorbe la humedad. Hay que desechar las bolsas de plástico. Tampoco es recomendable colocar los racimos cerca de las manzanas, pues estas aceleran el proceso de maduración de la uva.
La forma más frecuente de tomar la uva es cruda, como postre y bien madura. Es fundamental extremar la higiene y lavarlas antes en abundante agua. Puede combinar bien con algunas carnes, quesos y pescados no grasos, y con otras frutas. Por ejemplo manzanas, peras, melocotones, fresas, kiwis, ciruelas, plátanos, etc. Se utiliza también en ensaladas, zumos, licores, tartas, flanes y confituras.
Los beneficios de la Uva
La uva es una fruta rica en azúcares, hasta un 16% aproximadamente. Son glucosas y fructuosas, de mejor asimilación que la sacarosa o azúcar blanco. Por ello posee un alto valor calórico, unas 60 calorías por cada cien gramos para el alimento fresco y más de 260 calorías para las uvas pasas, debido a su alta concentración de azúcares. Por otra parte tiene escasas proteínas, apenas grasas, algo de fibra, calcio, hierro, magnesio, fósforo y bastante potasio. También posee cantidades mínimas de sodio, carotenos y vitaminas C, grupo B y ácido fólico.
Desde el punto de vista dietético es una de las frutas más energéticas y útiles, ya que representa un combustible directo para el cerebro. Este emplea la glucosa en muchas de sus funciones. Pero por el contrario es un alimento contraindicado para los diabéticos debido a este alto contenido de glucosa. Tampoco es la fruta ideal para los obesos por su elevado aporte calórico. En cambio es un alimento muy adecuado para niños y ancianos, dada la rápida asimilación de los azúcares y su fácil aprovechamiento.
Uno de los componentes de las uvas y el vino es el denominado resveratrol. Tiene varias características biológicas importantes. Es antiinflamatorio y tiene efectos sobre el metabolismo de los lípidos. Protege al corazón al reducir el nivel de colesterol. Y además inhibe la agregación de las plaquetas en la sangre. Con ello la sangre es menos espesa y se evita la formación de los coágulos sanguíneos que desencadenan los infartos cardiacos y cerebrales.
Piel de uva
La uva es una fruta exquisita pero además sus pepitas tienen la posibilidad de ser una fuente insospechada de beneficios para la piel. En la cutícula de la pepita existe un activo denominado polifenol. Este es un poderoso neutralizador de los radicales libres. Estos son los principales responsables del envejecimiento cutáneo. El poder enzimático de este activo es fundamental, ya que se opone al deterioro de las fibras de colágeno y elastina.
El polifenol es más eficaz que la vitamina E en la lucha contra los radicales libres. Es así porque tiene la propiedad de fijarse allí donde se forman. También es un gran cicatrizante y una gran protección contra las agresiones en la piel, especialmente las provocadas por el sol y la polución.
La cura de la Uva
Este es un excelente método de desintoxicación del organismo. Se suele realizar en otoño. Puede adoptar varias formas. La primera consiste en comer única y exclusivamente uva, tres o cuatro veces al día y durante varios días. Entre tres y cinco es el tiempo más recomendable. Por otra parte también se puede combinar la ingestión de uvas con otras frutas de temporada. Por ejemplo las manzanas, peras, melón y melocotones.
Otra forma es la de alternar un desayuno y una cena a base de uvas y frutas con una ensalada al mediodía. Por último, la cura de la uva se puede ceñir únicamente a comer abundante cantidad de uva antes del desayuno y comida. A la vez se debería cenar sólo yogur o fruta.
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