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postheadericon La Uva, un regalo de la naturaleza

 

La uva es uno de los tres frutos míticos básicos en la cocina mediterránea, junto con las olivas y el trigo.

La vid es una de las primeras plantas que cultivó el hombre, motivo por el cual ha jugado un papel trascendental en la economía de las antiguas civilizaciones. Tras la mitificación del vino por parte del cristianismo, el cultivo de la vid experimentó un gran auge que ha perdurado hasta nuestros días. De hecho, la mayor parte de la producción de uva se destina a la elaboración de los distintos tipos de vino (blanco, rosado y tinto) y otras bebidas (mosto, mistelas, moscatel).

En Europa, la uva se cultiva desde tiempos prehistóricos, tal y como lo demuestran las semillas que se han hallado en yacimientos arqueológicos de la edad del bronce de Suiza, Italia y en tumbas del antiguo Egipto. Los botánicos sitúan el origen de la uva cultivada en Europa en la región asiática del mar Caspio, desde donde las semillas se dispersaron hacia el oeste por toda la cuenca mediterránea. Los antiguos griegos y romanos cultivaban la vid y ambas civilizaciones desarrollaron en gran medida la viticultura. Los últimos continuaron con esta práctica y extendieron el cultivo de vides por todo su territorio colonial. A partir del año 1800 comienza el cultivo de vides protegidas con vidrio en los países fríos, de manera que aumentó notablemente la calidad de las uvas producidas. Más adelante comenzaron a construirse invernaderos provistos de calefacción para el cultivo de las vides.


Variedades de Uva
Aunque se conocen más de cinco mil variedades de uvas, son poco más de cuarenta las que han adquirido prestigio entre los consumidores para la elaboración de vinos. Y menos de veinte las que llegan a la mesa como postre, entre el verano y el año nuevo. Básicamente se recogen seis tipos de uva de mesa:
Moscatel Málaga: Se presenta en forma de racimos grandes y de color amarillo.
Ohanes: es una uva de tamaño medio y pulpa crujiente que madura en octubre. Si bien no es de las mejores en calidad se cultiva por su resistencia, la cual le permite estar en el mercado hasta abril o mayo.
Napoleón: es de septiembre a octubre y presenta unos granos bastante gruesos.
Aledo: Es de granos gruesos y amarillentos. Se recoge en octubre.
Dominga: Se cosecha también en octubre y tiene unos granos gruesos de color blanco y pardo rojizo.
Italia: es de granos gruesos y de color amarillo, aunque es la más temprana, del mes de agosto.
Otras variedades de uva son la Almeria, Rossetti y Chasetas Ros. En cuanto a la uva negra se puede destacar la de Alicante, de granos violeta y alargados, y la variedad Hamburgo, cuyos frutos son tiernos y dulces. 

Conservación y consumo de Uvas
Las uvas se conservan en el frigorífico sin problemas durante 15 días. Para ello hay que ponerlas sobre papel de celulosa, pues este absorbe la humedad. Hay que desechar las bolsas de plástico. Tampoco es recomendable colocar los racimos cerca de las manzanas, pues estas aceleran el proceso de maduración de la uva.
La forma más frecuente de tomar la uva es cruda, como postre y bien madura. Es fundamental extremar la higiene y lavarlas antes en abundante agua. Puede combinar bien con algunas carnes, quesos y pescados no grasos, y con otras frutas. Por ejemplo manzanas, peras, melocotones, fresas, kiwis, ciruelas, plátanos, etc. Se utiliza también en ensaladas, zumos, licores, tartas, flanes y confituras.


Los beneficios de la Uva
La uva es una fruta rica en azúcares, hasta un 16% aproximadamente. Son glucosas y fructuosas, de mejor asimilación que la sacarosa o azúcar blanco. Por ello posee un alto valor calórico, unas 60 calorías por cada cien gramos para el alimento fresco y más de 260 calorías para las uvas pasas, debido a su alta concentración de azúcares. Por otra parte tiene escasas proteínas, apenas grasas, algo de fibra, calcio, hierro, magnesio, fósforo y bastante potasio. También posee cantidades mínimas de sodio, carotenos y vitaminas C, grupo B y ácido fólico.
Desde el punto de vista dietético es una de las frutas más energéticas y útiles, ya que representa un combustible directo para el cerebro. Este emplea la glucosa en muchas de sus funciones. Pero por el contrario es un alimento contraindicado para los diabéticos debido a este alto contenido de glucosa. Tampoco es la fruta ideal para los obesos por su elevado aporte calórico. En cambio es un alimento muy adecuado para niños y ancianos, dada la rápida asimilación de los azúcares y su fácil aprovechamiento.
Uno de los componentes de las uvas y el vino es el denominado resveratrol. Tiene varias características biológicas importantes. Es antiinflamatorio y tiene efectos sobre el metabolismo de los lípidos. Protege al corazón al reducir el nivel de colesterol. Y además inhibe la agregación de las plaquetas en la sangre. Con ello la sangre es menos espesa y se evita la formación de los coágulos sanguíneos que desencadenan los infartos cardiacos y cerebrales.

Piel de uva
La uva es una fruta exquisita pero además sus pepitas tienen la posibilidad de ser una fuente insospechada de beneficios para la piel. En la cutícula de la pepita existe un activo denominado polifenol. Este es un poderoso neutralizador de los radicales libres. Estos son los principales responsables del envejecimiento cutáneo. El poder enzimático de este activo es fundamental, ya que se opone al deterioro de las fibras de colágeno y elastina.
El polifenol es más eficaz que la vitamina E en la lucha contra los radicales libres. Es así porque tiene la propiedad de fijarse allí donde se forman. También es un gran cicatrizante y una gran protección contra las agresiones en la piel, especialmente las provocadas por el sol y la polución.

La cura de la Uva
Este es un excelente método de desintoxicación del organismo. Se suele realizar en otoño. Puede adoptar varias formas. La primera consiste en comer única y exclusivamente uva, tres o cuatro veces al día y durante varios días. Entre tres y cinco es el tiempo más recomendable. Por otra parte también se puede combinar la ingestión de uvas con otras frutas de temporada. Por ejemplo las manzanas, peras, melón y melocotones.
Otra forma es la de alternar un desayuno y una cena a base de uvas y frutas con una ensalada al mediodía. Por último, la cura de la uva se puede ceñir únicamente a comer abundante cantidad de uva antes del desayuno y comida. A la vez se debería cenar sólo yogur o fruta.